RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

sábado, 1 de febrero de 2014

REFLEXIONES EN YUSTE


REFLEXIONES EN YUSTE.



El volumen de tiempo con traje de agobio
me manda a un infinito, al donde nadie sabe
que el tiempo es la eternidad y solo allí lo notas,
a donde algo se te paraliza y tampoco sabes qué es,
a donde solo necesitas ganas para llegar
y poco menos para vivir;
a este sinfín me manda el tiempo,
y yo dejo la mar
y los olores a prisas, tomo las cosas fáciles
y me encamino. Equipaje de cuadernos y libros,
ropa de estar, pluma y deseos de calma.
Y llego cuando el frío existe en esta eternidad
o vive aquí, cuando aún huele a aposento de emperador
y a gregoriano; llego a reposar las faltas que tengo
o a necesitar las faltas que no tengo.
Y llego impaciente enmudecido
creyéndome más héroe y menos socio de la libertad,
pulso la sangre que no quise traerme
y que se vino de polizonte, la pulso y está ardiendo,
la necesito fría, calculadora, razonable;
la desinflo, la hiero; me quita el hambre, me destroza,
la acepto, la acojo, le pido que me hable y lo hace.
Creiste venir a solas, a tientas, jugando con la insolencia
de la ingenuidad,sobrado de valor, libre de pasados.
Creiste en el milagro de resistir,
en la curación, porque se trataba de un monasterio,
creíste en todo, también en ti,
olvidaste la sangre, me olvidaste.
Y yo venía contigo en todos tus lugares,
era tu pijama y tu pensamiento
y aquí estoy, más para atenderte que para pisarte.
No seré la sabia consejera que no quieres,
ni tu aliada de locuras, no seré la meta ni la última raya,
ni seré los pies ni la cabeza,
seré el calor, el propósito que te acerque a las pasiones,
el sentido menos lógico, la anarquía
y la rebelión contra lo poco que te queda de cordura.
Yo he venido para obligarte
a linchar tus ganancias del olvido,
a enterrar las ausencias que te matan,
a convencerte de mi importancia.
Soy la parte de ti que más te sobra,
la parte de mi que más te falta.


La sangre que me llama a gritos, esa que me desacomoda,
la culpable del sentimiento, la sangre madre
que me culpa y me destila el amor
para las pócimas de sueños.
Ay sangre, solvéntame este misterio,
déjame calibrar la inteligencia a donde está el error,
a donde está el acierto,
que de una vez a todas quiero tener conciencia
de mi sentido amado
antes que en Yuste me nieve la memoria
que aquí viniste conmigo
y aquí estamos los dos, para esto.




Ramón Llanes. Yuste 31.1.03.

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