INVIERNO

INVIERNO.

Se me fueron las golondrinas,  

el frío invierno les dio alas de viento

dejando el aire quebrado, con huellas de libertad

y dejaron una luz manchada,

un nido de barro, aún por hacer,

la locura de las tardes, el alambre sin ritmo;

es invierno y también tú vuelves

con las golondrinas

a los páramos de tu libertad

y dejas, en la mía, todo el dolor,

no te llevas el dolor.

También como ellas, dejaste rastro indeleble,

herida en mi felicidad,

adioses sin manos, tinieblas junto al sol

y la entrega por estrenarse.

Dejaste cieno y bolas de palabras

sin abrirse,

desiertos los olores en mi olfato,

desiertos mis músculos,

desierta la carne que esperaba la caricia,

todo desierto de una arena negra

tristemente burda, helada, próxima a la extinción,

todo el sufrimiento en mi felicidad,

toda la sangre enfriada y los santos cómplices

mirando a otro lado,

todo el desorden dejaste en este pedazo de alma

que reniega del invierno

y mastica primaveras desde la escarcha;

todo te llevaste,

no podrás con la carga

y yo no podré con la ausencia.

Acaso tu mancha de amor me la limpie el tiempo

y acaso no te pesen tanto mis pesares.

Mas las golondrinas vuelven a piar

los cielos de su abandono,

vuelven a los nidos nunca derrumbados,

 a cazar mosquitos ,

a romper la desarmonía de los silencios.

¿Acaso volverás con ellas?,

R.llanes