RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

domingo, 2 de febrero de 2014

REQUIEM CON MÚSICA



REQUIEM CON MÚSICA


A cuantos seres queridos se nos van
de las manos en cualquier descuido
o sinrazón.



Un adiós es la regla de la despedida allá donde no quepa lo tangible de un abrazo o donde el espacio se haya cerrado entero con silencios. Donde se caiga el aliento, donde la brusquedad no sea esperada, donde el temor coaccione los sentimientos, donde un piropo parezca un insulto, donde se hinche el deseo del adiós. Un réquiem con música para que el adiós no sea un fracaso, para que no toque solo a uno toda la parte de desesperanza.
Boquiabierto el ánimo, detrás llega en empujón el calendario, se hacen ganas porque desde arriba todo parece empezar, abajo se durmió en la lluvia el pasto mojado. Y el agua aplaude cuando se abraza al suelo, los años pasan en balde, se van distorsionados y aún sin todos los crepúsculos consumidos desaparecen como sin tal cosa. De ellos recordaremos acaso sus acontecimientos, nunca su primera o última mueca.
Con música puede que la altura sea efímera o el año consuma a poco de nosotros el abrazo del adiós para que unos le pidan su vuelta y a otros le salgan colores con la risa. Memez o lógica, un recuerdo de no haber sabido acabar las cosas, eso quedará al final del adiós. Y, sin epitafio, alguien pondrá amor de por medio con un dosificador de lágrimas en los ojos, sin tristeza. La cita fue ayer o será mañana, algo termina y mucho empieza, los ciclos no entienden de horas.

Ramón Llanes.

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